INSPECTORES DEL BANCO DE ESPAÑA AFIRMAN QUE EL SUPERVISOR ESPAÑOL Y EUROPEO ESTÁN INFLUIDOS POR LA BANCA
El secretario de la Asociación de Inspectores del Banco de España, José Antonio Delgado Manzanares, ha lanzado en el Congreso de los Diputados la crítica más dura conocida hasta ahora a la actuación del Banco de España ha extendido al Banco Central Europeo buena parte de los males. Las acusaciones son muy graves.
A lo largo de su discurso en la comisión de investigación de la crisis financiera, Delgado apuntó entre las responsabilidades del Banco de España “la captura del supervisor ante la influencia de las propias entidades supervisadas” que se ha traducido en “apartar de la inspección de determinadas entidades a los que destapaban irregularidades”.
Además, apuntó que en la época de las fusiones, el supervisor permitió que casi todas las cajas presentaran “beneficios ficticios” aunque tenían “pérdidas millonarias que les hubieran impedido” realizar las uniones. “El Banco de España tenía las herramientas para haber frenado la crisis, pero no lo quiso hacer”, aseguró. Además, recordó que el Banco Popular ha quedado en manos del Santander sin “informe de inspección, solo con “un informe de una firma privada de auditoría”.
La gravedad de las acusaciones de la Asociación de Inspectores del Banco de España se basa en que representa a la mayoría de este cuerpo y que lleva más de 10 años realizando advertencias de extrema gravedad sobre las deficiencias en la supervisión, antes del estallido de la crisis. Al inicio de su discurso dijo que era necesario “mirar hacia el futuro, analizando con rigor las medidas que se precisan para que no se vuelvan a cometer los mismos errores que han provocado devastadoras consecuencias para miles de ciudadanos”. Dijo que no querían hacer “una enmienda a la totalidad de la actuación del Banco de España”, aunque a continuación describió una actuación irresponsable y cercana al delito.
Arrancó su mensaje afirmando que “los gestores han sido los principales responsables de la crisis” y que deberían estar “inhabilitados para ejercer cualquier función similar en el futuro”, pero lamentó que el Banco de España solo haya buscado castigos vía penal “sin incoar expedientes sancionadores”.
El Banco de España elude la autocrítica sobre la crisis financiera
Pero las cargas de profundidad llegaron después. Comentó que uno de “los temas más relevantes es la captura del supervisor ante la influencia de las propias entidades supervisadas. La influencia de la industria ha ido modulando la supervisión, de modo que con un supuesto buen clima de diálogo, se ha ido relajando la aplicación de medidas correctivas sobre las deficiencias observadas y se sustituyen actas de inspección por recomendaciones”.
Incluso afirmó que “esta negativa influencia de las entidades en el supervisor es una de las causas (no la única) que explica” la crisis “y que, lamentablemente, seguimos teniendo que denunciar en el marco del Mecanismo Único de Supervisión”, dependiente del BCE. “Se aparta de la inspección de determinadas entidades a compañeros que destapan irregularidades, deficiencias o déficits patrimoniales en dichas entidades que se tratan de minimizar o de ocultar”.
En resumen, afirmó, “se ha actuado de un modo excesivamente suave con infracciones que podrían tipificarse de muy graves, que afectaban a la solvencia y a la gestión; se ha sido laxo con las remuneraciones estratosféricas de los gestores, sobre todo de cajas, muchas de las cuales han sido nacionalizadas y sus directivos condenados penalmente”.
Y lo más grave es que aclaró que esta situación “no tiene visos de revertir en la actualidad por el proceso de concentración del sistema financiero que convierte en sistémicas a las entidades, lo que, además de hacer más difícil su control, implica un daño que puede causar una crisis que crece exponencialmente, lo que implica que el poder de influencia de las entidades sobre el supervisor se multiplica cuando la situación es saneada… y también cuando no lo es”.